Lanzado en 2015 con la ambiciosa meta de unificar la experiencia de usuario a través de una multitud de dispositivos, Windows 10 se convirtió rápidamente en uno de los sistemas operativos más adoptados y fiables del mundo. Su familiaridad, estabilidad y el modelo de "Windows como servicio" le ganaron un lugar en millones de computadoras personales y empresariales. Sin embargo, toda tecnología, sin importar cuán exitosa sea, tiene un ciclo de vida.
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Microsoft ha confirmado oficialmente que la versión 22H2 es la última actualización de características para Windows 10. A partir del 14 de octubre de 2025, el sistema operativo dejará recibir actualizaciones de seguridad. Después de esta fecha, el soporte cesará, marcando el final definitivo de una era y el comienzo de una nueva etapa de transición para millones de usuarios.
Es crucial entender que tu computadora con Windows 10 no dejará de funcionar el 15 de octubre de 2025. Podrás encenderla, abrir tus aplicaciones y acceder a tus archivos como de costumbre. Sin embargo, lo que cambia es fundamental y tiene implicaciones significativas, especialmente en lo que respecta a la seguridad.
El fin de soporte significa que Microsoft ya no proporcionará:
En esencia, seguir utilizando Windows 10 después de la fecha límite es como vivir en una casa cuyas cerraduras ya no se pueden cambiar y para la que el cerrajero ha perdido tu número. Aunque sigues dentro, estás cada vez más vulnerable.
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Mantenerse en un sistema operativo sin soporte no es una decisión que deba tomarse a la ligera. Los riesgos van más allá de la simple falta de nuevas características y pueden tener consecuencias graves tanto para usuarios domésticos como para empresas.
Sin parches de seguridad, tu computadora se convierte en un blanco fácil. Un ataque exitoso no solo puede resultar en el robo de información personal y financiera, sino también en la pérdida total de tus datos a través de un ataque de ransomware.
A medida que los desarrolladores de software y hardware centren sus esfuerzos en Windows 11 y futuras versiones, comenzarán a abandonar el soporte para Windows 10. Esto significa que las nuevas versiones de tus programas favoritos—desde navegadores y suites de oficina hasta software especializado y videojuegos—podrían dejar de funcionar correcta o directamente no instalarse. Del mismo modo, nuevo hardware como impresoras, cámaras o tarjetas gráficas podría no ser compatibles.
Para las organizaciones que manejan datos sensibles (como información de clientes o registros médicos), operar con un sistema sin soporte puede constituir una violación de normativas de protección de datos como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) o la Health Insurance Portability and Accountability Act (HIPAA). Esto puede acarrear multas significativas y un grave daño a la reputación.
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Afortunadamente, hay un camino claro para evitar estos riesgos. Microsoft ha estado preparando esta transición durante años, y existen varias opciones para los usuarios.
Para la mayoría de los usuarios con hardware compatible, la mejor y más sencilla opción es actualizar a Windows 11. La actualización es gratuita y ofrece una experiencia de usuario modernizada, además de mejoras significativas en seguridad, rendimiento y productividad.
Windows 11 introduce una interfaz rediseñada con un menú de inicio centrado y widgets, una mejor gestión de ventanas con Snap Layouts y, lo más importante, una arquitectura de seguridad mucho más robusta que aprovecha hardware moderno como el chip TPM 2.0.
Para verificar si tu PC es compatible, puedes usar la herramienta "PC Health Check" de Microsoft o ir a Configuración > Actualización y seguridad > Windows Update.
Windows 11 tiene requisitos de hardware más estrictos que su predecesor, principalmente la necesidad de un procesador moderno y el mencionado chip de seguridad TPM 2.0. Millones de computadoras que funcionan perfectamente con Windows 10 no son compatibles con la actualización.
Si tu equipo no es elegible, el fin de soporte de Windows 10 es el momento ideal para considerar la compra de una nueva PC. Los equipos modernos no solo son compatibles con Windows 11, sino que también ofrecen mejoras sustanciales en velocidad, eficiencia energética y capacidades generales, incluyendo funciones de inteligencia artificial como Copilot.
Para empresas y usuarios que, por razones críticas, no pueden migrar inmediatamente, Microsoft ofrece un programa de pago llamado “Actualizaciones de Seguridad Extendidas (ESU)”. Este programa proporciona actualizaciones de seguridad críticas y/o importantes por hasta tres años después de la fecha de fin de soporte.
Es importante destacar que el ESU es una solución temporal y costosa, diseñada para dar a las organizaciones más tiempo para planificar su migración, no para ser una solución a largo plazo. Además, no incluye nuevas características ni soporte técnico general.
La tecnología avanza a un ritmo implacable, y con ella, las amenazas a nuestra seguridad digital. Aferrarse a un sistema operativo obsoleto es una apuesta arriesgada. La transición a Windows 11 o a un nuevo equipo no es solo una actualización; es una inversión necesaria en seguridad, rendimiento y en la preparación para la próxima década de la computación. Es hora de agradecer a Windows 10 por su década de servicio y abrazar el futuro.
Para las empresas, esta transición va más allá de una simple actualización de software; representa un momento crucial para evaluar y modernizar toda la infraestructura digital. Navegar este proceso con éxito requiere no solo un plan de TI interno, sino un socio tecnológico estratégico que entienda que el verdadero poder de un sistema operativo moderno como Windows 11 se desbloquea con una conectividad y una plataforma de comunicación igualmente avanzadas. Aquí es donde un aliado como C3ntro Telecom se vuelve indispensable.